lunes, 5 de diciembre de 2011

EL VASO MEDIO LLENO El sobreseimiento de Mario Silva

JOAQUIN F. CHAFFARDET
jcahffardet@gmail.com
Twitter @jchaffardet



PARA MIS AMIGOS

EL VASO MEDIO LLENO

El sobreseimiento de Mario Silva

Todas las “virtudes robolucionarias” que adornan al poder judicial
chavista quedaron en evidencia, de manera por demás vergonzosa, en la
decisión de la “jueza” Dinorah Yosmar González del Juzgado XV de
Juicio del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana, de
sobreseer la causa abierta con ocasión de la querella entablada Miguel
Henrique Otero contra Mario Silva, conductor del escatológico programa
La Hojilla, por la comisión del delito de injuria agravada. El
principal argumento de la jueza ha sido que llamar a alguien “hijo de
puta”, y además por televisión, no constituye un hecho punible y que
por tanto la querella presentada en contra de Silva atenta contra su
derecho a la libertad de expresión. Esta histórica decisión pasará a
los anales de la jurisprudencia del horror y la impunidad desarrollada
por los “jueces” del chavismo.
Cuando comencé a escribir estas notas sobre el insólito hecho, pensaba
en hacerlo en términos jurídicos. Pero luego volví a la realidad: en
la Venezuela de hoy no valen los argumentos jurídicos de ninguna
naturaleza. Y creo que no valen por varias razones: la ignorancia y
desvergüenza de estos personajillos que se prestan a servirle
ciegamente al poder ejecutivo y al chavismo y el absoluto desprecio
por la constitución y las leyes con que actúan todos los integrantes
de ese “poder judicial”, incluido el irónicamente llamado Tribunal
Supremo de Justicia. Todos ellos no hacen sino emular la conducta
habitual de su Comandante-Presidente.
La situación que se deriva de la insólita decisión me trajo a la
memoria aquello de que hay dos maneras de ver un vaso con agua o con
whiskey: o lo ves medio vacío o lo ves medio lleno. Es decir, que
siempre los acontecimientos y las situaciones que enfrentamos,
individualmente o como sociedad, tienen aspectos positivos y
negativos, dependiendo de cómo los veamos. Y si bien la decisión de la
camarada Dinorah Yosmar, es una afrenta a la justicia y un disparate
insuperable, también se le puede encontrar un lado positivo.
Ciertamente, cuando un “juez patria o muerte (o vida) de la república
socialista” sentencia con su extraordinario saber y sentido de
justicia, que el uso de la expresión “hijo de puta” , y se deduce que
cualquier otra similar, contra cualquier ciudadano no constituye un
hecho punible, sino que es simplemente el ejercicio del derecho
constitucional a la libertad de expresión, que no puede ser
penalizado, está haciendo, a lo mejor sin quererlo, una contribución
importante a la salud mental de los venezolanos.
En efecto, hasta ayer los venezolanos teníamos que medir las
expresiones y calificativos que públicamente, y en particular por
cualquier medio de comunicación, quisiéramos endilgarle a Hugo Chávez
y otros jerarcas del régimen. Ese tragarse los calificativos que en
privado la mayoría de los venezolanos le añade al nombre del
presidente, sus cómplices y sus progenitores, viene causando
frustración y stress traumático crónico en millones de venezolanos.
Tan es así, que el temor ha llevado a los venezolanos a referirse a
Chávez como “Esteban”, en especial cuando lo van a acompañar con uno
de tantos gruesos calificativos que hay en nuestro lenguaje. Así, con
frecuencia oímos decir, de manera ingenuamente criptica, “…el hijo de
puta de Esteban…” o “…el coño de madre ese de Esteban…” y digo que es
ingenuamente criptica porque todos sabemos quien es Esteban. Pero esa
fórmula no suficiente para descargar la ira directamente contra el
autócrata, ya que el objetivo, Chávez, queda oculto detrás Esteban. Y
la ira no totalmente descargada genera frustración.
Pero ya la camarada Dinorah Yosmar, ha puesto al alcance de todos los
venezolanos la solución para que hagamos catarsis, lo que hará
desaparecer esa frustración colectiva y el consiguiente stress
generado por la obligada abstención de utilizar abiertamente el
calificativo que cada uno consideremos apropiado para endilgarle al
presidente, sus cómplices y hasta sus progenitores. De ahora en
adelante por lo menos podremos escribir y gritar a los cuatro vientos,
sin temor a las represalias de las oficinas judiciales del régimen,
que “HUGO CHAVEZ ES UN ROLO DE HIJO DE LA GRAN PUTA”. Todo gracias a
los camaradas Dinorah Yosmar y Mario Silva. Y me imagino que también
podrá uno decir que DINORAH ES UNA POBRE JALABOLAS o que MARIO SLVA SE
METE SUS PASES DE COCA ANTES Y DURANTE CADA PROGRAMA y hasta podemos
ahora hacer pública nuestra sospecha de que Hugo Chávez hace lo mismo
antes de cada cadena, sin temor a que se nos abra un juicio, porque
simplemente estamos ejerciendo nuestro derecho a la “libertad de
expresión”. Esta es la visión del vaso medio lleno. Sobre el medio
vacío escribiré después.
Por eso, los psicoterapeutas, los psiquiatras y otros tratantes de la
salud mental, recomiendan que uno debe ver siempre “el vaso medio
lleno” y no el “medio vacío”. Así, que todos a descargar la inmensa
arrechera que nos embarga. Algo es algo y peor es nada.

JOAQUIN F. CHAFFARDET
jcahffardet@gmail.com
Twitter @jchaffardet

**Los epítetos utilizados están debidamente autorizados por el Poder
Judicial de la Robolución aunque prohibidos por el Manual de Carreño.
No se recomienda su uso ante menores de edad sin la supervisión de sus
padres o representantes. Después de endilgarle el epíteto de su
preferencia a Hugo Chávez, use Listerine o cualquier otro producto
similar, pues deja mal sabor y halitosis ofensiva.

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