miércoles, 17 de agosto de 2011

El Trabajo

Camino a la oficina, un poco antes de las 7 de la mañana, voy pasando por una área donde está ubicado un edificio , uno de los tantos que permanecen invadidos por personas humildes, pero también observo en su estacionamiento vehículos que no se compadecen con la condición de residencias invadidas. De repente soy testigo de la conversación de quien asumo sea la madre y esposa. La escena: Abre el grueso portón de metal, sale un hombre, una pequeña niña no más de seis años seguidos de la señora. El hombre trae consigo taburetes de plásticos, en uno de ellos coloca tres teléfonos celulares, en otro, termos de café y vasos. La niña con el rostro que aun guardaba la marca de una almohada.

-Hija, un amoroso beso, te quedas con tu papá

-pórtate bien, hazle caso al abuelo que está en el apartamento

-y estás pendiente que tu papá se desayune junto contigo, les deje las arepas en esa bolsita.

-Viejo, que hoy utilicen esos teléfonos, que hagan muchas llamadas. Y no olvides ofrecer el café ¡Vendiéndolo! porque te conozco, no lo brindes

Que tarea para la niña. El trabajo del padre. La madre toma su bolsa con un logotipo de una red de mercados y se prepara a continuar el camino pensando en la labor que le espera, ese día es la limpieza general en la casa donde trabaja tres días a la semana, hoy es viernes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario